El 13 de agosto se celebró en Uruguay el Día Nacional de las MIPYMES. Estas micro y pequeñas empresas son el corazón de la economía: representan más del 99% del tejido empresarial y generan cerca de dos tercios del empleo. Sin embargo, suelen enfrentarse a problemas comunes, sobre todo, el acceso al crédito.
En ese contexto, el trabajo de República Microfinanzas cobra especial relevancia. Para explicarlo, Martín Dibarboure, gerente general de la institución, explicó en su ronda de entrevistas que, el microcrédito, es muchas veces la puerta de entrada para que una microempresa pueda crecer y, en muchos casos, avanzar hacia la formalización.
“Si no hay cercanía, no hay microfinanzas”, comentó Dibarboure. Y eso se logra con un abordaje personalizado: nuestros agentes recorren todo el país, visitan a los clientes, conocen sus negocios y hacen un seguimiento constante. No solo prestan dinero, sino que también asesoran, acompañan y forman a las emprendedoras y emprendedores en temas financieros.
En un país donde el crédito al consumo suele ser la alternativa más a mano, el microcrédito aparece como la opción más adecuada y sostenible para pequeños negocios, porque ofrece condiciones más justas y adaptadas a su escala. Según resumió el gerente, no se trata de promover el endeudamiento, sino de dar a conocer una herramienta que permite crecer “desde el pie”, como decía Zitarrosa.
